La psicosis o «estado psicótico» es un estado mental en el que se produce una grave alteración de la percepción de la realidad. El enfermo puede ver, oír, sentir o incluso saborear cosas que no están en el mundo real. También puede experimentar alteraciones del pensamiento, por ejemplo, creer que alguien quiere hacerle daño. En función de los síntomas, existen diferentes tipos de trastornos psicóticos. A continuación, se analizan estos aspectos.

¿Cuáles son los síntomas de la psicosis?

    Los síntomas característicos de todos los tipos de trastornos psicóticos son los delirios y las alucinaciones.

    Alucinaciones: experiencias sensoriales (esto incluye todos los sentidos) que no son provocadas por ningún estímulo externo. Por ejemplo, una persona en estado de psicosis puede oír voces, oler (por ejemplo, naranjas) o sentir un toque en la piel. El enfermo está convencido de que las alucinaciones son reales, aunque esto no se apoya en la realidad.

    Delirios: trastornos del pensamiento que consisten en creencias falsas, juicios incorrectos en los que la persona perturbada cree firmemente, aunque estas creencias sean ridículas. Estos juicios y creencias no se reflejan en la realidad. Una persona con psicosis no tiene en cuenta las pruebas que contradicen sus creencias y es incapaz de aceptar las perspectivas de otra persona que no esté de acuerdo con ella. Los delirios más comunes son, por ejemplo, la creencia de que otras personas pueden leer nuestra mente o que los pensamientos son «puestos» en nuestra cabeza por otra persona. Otro engaño común es la creencia de que alguna fuerza externa nos controla. Los delirios rara vez son un sistema coherente de creencias, pero una persona con psicosis no puede ver las incoherencias o lo absurdo de dichas creencias.

    ¿Cuáles son las causas de la psicosis?

      No se sabe con certeza cuáles son las causas exactas de la psicosis. Actualmente se especula que están causadas por alteraciones en el funcionamiento de los neurotransmisores en el cerebro (sustancias que permiten que las células nerviosas se comuniquen). Estos desequilibrios pueden estar causados por diversos factores ambientales, como las drogas, el alcohol, los euforizantes legales o las enfermedades somáticas (por ejemplo, un tumor cerebral), pero la mayoría de las veces se desconoce la causa de la afección. En el caso de trastornos como la esquizofrenia o los trastornos esquizotípicos, lo más probable es que la causa sea compleja (una combinación de factores ambientales y genéticos).

      ¿Cuáles son los tipos de trastornos psicóticos?

        Los grupos de psicosis incluyen condiciones que presentan una gama de síntomas diferentes, pero todos tienen en común la presencia de delirios y alucinaciones. Los más comunes son:

        Esquizofrenia – se trata de un síndrome de trastornos mentales con muchos subtipos, donde, además de los delirios y las alucinaciones, existe un afecto superficial o inapropiado (la persona no reacciona con las emociones correctas; siente alegría en situaciones en las que la reacción correcta es la tristeza, como en el caso de la muerte de alguien cercano, o incluso parece no sentir ninguna emoción, es indiferente), falta de sensación de placer por cualquier actividad, incluso al entablar relaciones con los demás (se retira de la vida social). También se produce una desorganización del pensamiento, que se manifiesta, por ejemplo, en un discurso incoherente, una atención debilitada, una confusión. Para diagnosticar la esquizofrenia, los síntomas deben persistir durante al menos seis meses.

        La esquizofrenia es una enfermedad crónica, pero con un tratamiento adecuado el paciente tiene muchas posibilidades de llevar una vida normal.

        Trastorno esquizoafectivo: es un trastorno caracterizado por la aparición tanto de síntomas del grupo de las psicosis (delirios, alucinaciones, desorganización) como de trastornos del estado de ánimo, como la depresión (estado de ánimo decaído) o la manía (estado de ánimo aumentado e irritable). También puede haber síntomas de psicosis, depresión y manía en un mismo paciente (tipo mixto). Los síntomas psicóticos aparecen junto con los trastornos del estado de ánimo, pero también se producen entre los episodios de depresión o manía.

        Al igual que la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo es una enfermedad crónica y requiere tratamiento farmacológico.

        Psicosis reactiva: es una condición con síntomas de psicosis (delirios y alucinaciones) que es una reacción a una situación altamente estresante y a una experiencia traumática. Es muy individual; para cada persona, un acontecimiento traumático diferente puede desencadenar la psicosis. Esa experiencia estresante puede ser un accidente, la muerte de un ser querido, ser víctima de un delito o perder el trabajo. A diferencia de la esquizofrenia, un episodio de psicosis reactiva suele pasar espontáneamente.

        Psicosis exógena: estado con síntomas de psicosis causados por factores externos como, por ejemplo, el consumo excesivo de drogas, el uso de euforizantes legales, la intoxicación por hongos, el abuso de alcohol, las enfermedades infecciosas o las lesiones cerebrales. Su tratamiento, evolución y pronóstico dependen de la causa subyacente.

        ¿Cómo se trata la psicosis?

          El principal tratamiento de la psicosis es el farmacológico. Dependiendo del tipo de psicosis, se utilizan diferentes fármacos. Los más comunes son los antipsicóticos, que bloquean ciertos neurotransmisores en el cerebro, eliminando así los síntomas que producen (alucinaciones y delirios).

          La psicoterapia es útil, pero sólo funciona como complemento; por ejemplo, el entrenamiento cognitivo-conductual ayuda al paciente a controlar su estado de ánimo y a reconocer los síntomas. También mejora el funcionamiento durante la remisión, ayudándole a comprender su enfermedad y a afrontar sus efectos.

          ¿Cómo tratar a la persona con la enfermedad?

            Intente mantener la calma, evite levantar la voz o hacer gestos amenazantes y, sobre todo, no entre en discusiones sobre delirios o alucinaciones. El enfermo no es capaz de aceptar argumentos racionales; los intentos de convencerle pueden provocar agresiones.

            Inicie conversaciones sencillas, no excluya al paciente de la vida familiar. Muy a menudo se sienten rechazados, porque las enfermedades mentales despiertan el miedo en la sociedad.

            Las personas con trastornos mentales también son seres humanos que merecen respeto. No digas cosas desagradables que no dirías a una persona sana y no saques falsas conclusiones o acusaciones sólo por la enfermedad.

            Autor del artículo: Małgorzata Walęcka

            Fuente: Instituto de Psicología de la Salud