Depresión – curso, diagnóstico, cuadro clínico

La mayoría de los autores creen que la depresión sólo se diagnostica correctamente en el 30-50% de los pacientes que acuden a su médico de cabecera. Las opiniones sobre el lugar adecuado de tratamiento varían: algunos creen que es el médico de cabecera quien debe tratar la depresión, otros que deben remitir a estos pacientes a un psiquiatra. En la práctica, dado el gran número de pacientes deprimidos, debe reconocerse que en el caso de la depresión leve o moderada, el tratamiento por parte de un médico generalista es adecuado, y en el caso de la depresión grave o cuando se producen complicaciones, independientemente de la gravedad de la depresión, el paciente debe ser remitido a un especialista. En situaciones difíciles de diagnosticar y que plantean dudas, consulte siempre a un psiquiatra.

No obstante, hay que recordar que un médico generalista debe ser capaz de reconocer el trastorno y evaluar correctamente su gravedad. Esto es aún más importante si se tiene en cuenta que la depresión provoca un importante deterioro del funcionamiento familiar, social y laboral, en gran medida comparable al que causan las enfermedades somáticas crónicas graves, como la diabetes o las enfermedades respiratorias o cardiovasculares. Otro problema es el alto riesgo de suicidio, que algunos estiman en un 25% (aunque esa tasa de suicidio se refiere al grupo de pacientes que han sido tratados en hospitales psiquiátricos a lo largo de su vida, por lo que suelen permanecer bajo atención psiquiátrica ambulatoria). Mientras tanto, la depresión correctamente diagnosticada suele ser una enfermedad tratable.

Depresión – el curso

La depresión puede comenzar a cualquier edad. Lo más frecuente es que el primer episodio se produzca entre los veinte y los treinta años. Los síntomas de la enfermedad se desarrollan durante un periodo de días o semanas. Por lo general, tanto los propios pacientes como sus familiares son capaces de distinguir entre el periodo anterior a la enfermedad y el posterior a la misma; hablan de ello como de un gran cambio en la apariencia, en el comportamiento («no es esa persona»). Aunque también ocurre que un paciente deprimido afirme que «siempre ha sido así», lo que puede deberse a la proyección hacia atrás de la evaluación actual asociada al pensamiento depresivo. La opinión de los familiares es en estos casos diferente a la del propio paciente. Hay que prestar atención a estas discrepancias al realizar una entrevista.

En algunas personas sólo hay un único episodio de depresión, seguido de una remisión completa y una vuelta al mismo nivel de funcionamiento que antes de la enfermedad. Sin embargo, más del 50% de los pacientes tienen recaídas posteriores. La frecuencia de estos episodios posteriores puede variar: a veces los episodios están separados por años de bienestar y buen funcionamiento, otras veces la frecuencia de los episodios posteriores aumenta con la edad y la duración de las pausas entre ellos se reduce a varios meses.

Los resultados sugieren que la mayoría de los episodios depresivos no tratados duran entre 6 y 24 meses (aunque esta estimación es muy difícil de realizar y, por tanto, los resultados deben tratarse con cierta precaución). Sin embargo, en el 5-10% de los pacientes, un episodio depresivo puede durar más de dos años. La resolución de los síntomas suele ser completa, pero puede ser sólo parcial en el 20-25% de los pacientes. Los resultados indican que si la resolución de los síntomas es sólo parcial, entonces

  • la probabilidad de otra recaída es mayor
  • el tratamiento de mantenimiento debe ser más largo
  • cada vez es más necesaria la farmacoterapia combinada con la psicoterapia (lo que en la práctica significa que el paciente debe ser derivado a un especialista en psiquiatría).

Los episodios depresivos suelen ser más largos en las mujeres. Los factores de riesgo para un episodio depresivo prolongado en las mujeres son:

  • edad avanzada
  • educación inferior
  • situación matrimonial inestable

En los hombres, estos factores no parecen influir significativamente en la duración de la depresión.

Los resultados indican que el tratamiento de la depresión es más eficaz si se inicia pronto, y menos eficaz cuando la depresión se vuelve crónica. Esto significa que el diagnóstico precoz de la depresión es muy importante para la eficacia del tratamiento y el pronóstico.

Fuente: Instituto de Psiquiatría y Neurología